La experiencia del control en PAUSA*. Diana Wolodarsky

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Tomaré dos perspectivas: la experiencia de la práctica de control y la experiencia de control en PAUSA. Me preguntaba si habría diferencias estructurales entre ambas, creo que no, pero sí especificidades.


Respecto de la práctica de control

El control es parte de la formación del analista y uno de los principios fundantes del concepto Escuela. Por ello está anudado a la pregunta: ¿cómo transmitir lo imposible de enseñar del psicoanálisis? Esta imposibilidad, es la que da cuenta de esta dimensión de experiencia que tiene nuestra formación, en tanto no se sostiene de una técnica sino de principios fundantes y orientadores para nuestra práctica.

Sabemos que el discurso analítico, a diferencia de otros, no participa del ejercicio de dominio. Sin embargo, Lacan supo hablarnos de la dirección de la cura y los principios de su poder. Fundamentalmente el de la transferencia, el uso que hace de ella el analista sostenido en los principios y uno de ellos, es el deseo del analista. Aquel que lo encarna por medio del semblante como significante cualquiera, en tanto considera que es el analizante quien detenta el saber que dará sustento a la experiencia analítica.

Otra variable esencial es el lugar del saber en la orientación lacaniana, en tanto no se trata de un saber que busca complementar al otro, sino, de preservar un lugar vacío alrededor del cual construir una lógica tramada entre los dichos y el decir, escandidos por la interpretación.

Vías que permiten en el transcurso de un tratamiento (sean primeras entrevistas o tratamiento) localizar un modo de goce.

Una primera reflexión: para el psicoanálisis orientado por lo real prevalece un saber acerca del goce y la función del objeto como causa, allí donde en otras terapéuticas prevalece el saber atribuido a un Otro sin barrar. Ello conlleva consentir a la dimensión de la contingencia por parte del analizante y también del practicante.

En el El lugar y el lazo: Miller plantea: "Sobre esa base Lacan podrá más tarde decir que el analista procede del autorizarse a partir de sí mismo, de la anulación de toda garantía significante, procede del S(A/)".1

Recordemos lo que Miller precisó en la conversación con los jóvenes 2 cuando se refirió a tres términos a no perder de vista en la formación del analista: paciencia, oportunidad y riesgo. Tres términos que se traman respecto del S(A/).

De esto podemos desprender una segunda reflexión: formarse en el marco de la orientación lacaniana, es formarse en la experiencia del valor del vacío en el saber. Una propuesta de formación sostenida en hacer un uso operativo del SsS a fin de alcanzar el agujero en el Otro, S(A/).



La experiencia del control en Pausa

Me preguntaba, pensando en este encuentro, ¿qué distingue la experiencia del control en PAUSA? ¿Qué podría decir de mi experiencia en el encuentro con cada practicante?

Recorrí un cuaderno en el que tomaba algunas notas y así surgió una serie de demandas de consulta cuyos ejes giraban alrededor de la fallida función paterna, el estrago materno, los problemas alimentarios con sus consecuentes fenómenos de cuerpo, impulsiones. Casos que responden a cuestiones de nuestra época marcados por la desorientación respecto de la elección sexuada.

Del lado de quienes controlan, la pregunta fundamental es acerca de la transferencia: cómo operar con ella, cómo obtener algún significante que haga discontinuidad con el relato que justifica el sufrimiento neurótico y que señale una pista sobre el goce singular.

Para ello, la función de la práctica del control -que al menos a mí me interesa-, es que la urgencia por diagnosticar no entorpezca la lectura del caso. Que la urgencia sea de quien consulta y no del analista. Esto distingue el control como práctica, de controlar solo cuando hay urgencia del lado del analista.

Otro punto de gran interés es cómo presentar en cada situación el cierre de tratamiento, ya que este no siempre coincide con un momento conclusivo de entrevistas o de resolución terapéutica. En cada situación orientarse en qué conviene con cada sujeto, según los indicios fantasmáticos que se pudieron ubicar.

Tratar de ubicar si se logró la formalización del síntoma, qué se ha podido construir respecto del fantasma y qué del ejercicio pulsional. En tanto el fantasma vela la pulsión, tratar de despejar esa articulación, es esencial. Extraer algún o algunos significantes privilegiados (S1) efecto de la reducción significante.

Tratamos que cada recorte de un caso permita dejar un saldo de enseñanza respecto a lo imposible de enseñar, en tanto no hay caso estándar.

Localizar la posición del analista tal como la plantea Lacan en el Seminario 11: lograr la mayor distancia entre el Ideal y el a, a fin de no quedar atrapado en el laberinto de identificaciones y producir un viraje en dirección al objeto, reenviado la demanda a la pulsión. Las operaciones de alienación y separación son indispensables a la hora de leer un síntoma.

Podría decirlo en los términos que trae Eric Laurent en "Cómo se enseña la clínica": "Poner el objeto a en el lugar adecuado, ver dónde está la cosa, más allá de lo que uno dice".3

En síntesis, en cada caso tratar de localizar:

-Del lado del analizante: qué del objeto (su peso, el lastre o su carencia), localizar un rasgo distintivo de goce, aproximar una lectura del síntoma.

-Del lado del analista: qué de su posición puede estar posibilitando o haciendo obstáculo, no perder de vista operar desde una posición que no llame a más de sentido, preservar el vacío de saber al tiempo que opera un semblante de objeto que sostiene el tratamiento.

Y fundamentalmente, no hacer de lo real un cliché ni una representación imaginaria; más bien, una orientación.

Para finalizar, traer a colación algo que plantea Miller en Sutilezas: "el caso particular es una sutileza analítica"4, "pretendo examinarlo con la ayuda del agujero que hay entre la estructura y la contingencia"5.

Como vemos, no desestima la noción de estructura a condición de considerarla agujereada. En ese borde entre estructura y contingencia se escucha la enunciación del sujeto y se orienta la interpretación.

Podemos arriesgar, que la estructura se revela en la contingencia.


*El presente trabajo fue presentado en la mesa "La experiencia del control en PAUSA", de las XIV Jornadas Anuales de PAUSA, Operaciones analíticas en la urgencia, 8 de julio de 2023.


  • Miller, J.-A., El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2020, p. 392.
  • Conversación sobre el libro El Nacimiento del Campo Freudiano, 10 de junio de 2023
  • Laurent, E., "Cómo se enseña la clínica", Cuadernos del Instituto clínico de Buenos Aires Nº 13, 2007, p.34.
  • Miller, J.-A, Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 31.
  • Ibid.; 30.