…especialmente cuando suspiro. 1 . Charly Rossi 2

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Comienzo con un fragmento del poema "El Golem" de Jorge Luis Borges.

Tal vez hubo un error en la grafía

o en la articulación del Sacro Nombre;

a pesar de tan alta hechicera,

no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.

Jorge Luis Borges

El Golem, Obras Completas, p. 885

Agradezco mucho la invitación a conversar en las XVI Jornadas Anuales de Pausa y, en función de la propuesta, me voy a permitir un forzamiento.

Mi idea: urgencia y salida forman un par –que pienso desordenar– para poner en tensión e intentar averiguar si se iluminan en sentido recíproco y nos dan una orientación para entender un poquito más de qué hablamos cuando decimos inconsciente real.

La práctica analítica, entiendo, es la experiencia de lo que aprendemos en lo que hacemos y de qué hacemos con eso que aprendemos.

Se lee en el muy preciso argumento de estas XVI Jornadas: (cito) "se trata de que quien ha consultado pueda llevarse una pregunta, quizás un arreglo más vivible con el goce" 3.

Nada menos!

Tenemos en la frase tres términos sobre los que me gustaría conversar: el arreglo, lo vivible y el goce. No me parece para nada una mala perspectiva para pensar el momento de las salidas, en plural. Es una bella paradoja del lenguaje: necesitar de lo plural para alcanzar lo singular, teniendo en cuenta que lo nuevo no nace de lo viejo, sino de lo contingente. Es más, leí el argumento y tengo la impresión de que muchas de sus preguntas parecen escritas en relación a la clínica del final del análisis.

Helo ahí el forzamiento.

Espero que hayan leído el argumento. Por tomar un solo ejemplo: la cita es hermosa, fusiona a Lacan en "Función y Campo de la palabra" y en "El psicoanálisis y su enseñanza" con la canción Cálice de Chico Buarque: (se preguntan) "¿Cómo operar para que la palabra presa en la garganta 4 se transforme en dichos, para que la irrupción pulsional pueda ser leída?" 5. (Fin de la cita)

Si bien es claro que la pregunta apunta al momento de la urgencia subjetiva, lo que justamente ilumina la clínica de la urgencia es sobre una cierta direccionalidad que va de lo preso en la garganta a la necesidad de hacer de eso un decir y promover lo que Eric Laurent en "El reverso de la biopolítica" 6 llama una escritura para el goce.

La palabra presa

Paula Kalfus, lo leí en PausApalabra, lo dice divino: (recorto su frase)

la Urgencia es la expresión de ese Real de cuya concepción Lacan nos deja la clave en su ultimísima enseñanza, el S1 sin sentido que, al irrumpir como acontecimiento, señala una discontinuidad, un corte, un antes y un después en la vida de un sujeto. 7

James Joyce, hablando de su padre, escribe: "me parece que su voz, de algún modo, entró en mi cuerpo o en mi garganta…especialmente cuando suspiro". 8

Cuando el objeto no está extraído, el goce de la voz circula deslocalizado –de manera un poco terrorífica– por el cuerpo. Entre tantos otros tantos fenómenos, esa voz del padre, es lo que hemos aprendido a llamar una pieza suelta. Su caso particular nos enseña que no parece ser lo mismo lo extraído y lo suelto: lo suelto muestra el estatuto a cielo abierto de la pulsión, es la pulsión desnuda. Más adelante, enfrentado al desencadenamiento de su hija Lucia, le confiesa a su amigo Eugene Jolas 9 "escucho a mi padre hablando conmigo".

La falla de Joyce, eso que hace que el murmullo de lalengua regrese todo el tiempo, parece cortocircuitar el decir y procurar el arreglo directamente en la escritura. ¿Qué falla?, todo falla, y de la mala manera, pero fundamentalmente falla el lugar del fantasma que en su caso levantó campamento antes de construirse.

Como escribe Irene Kuperwajs en la página 161 de su tesis:

El fantasma es al mismo tiempo un relato invariable, escenario, puesta en escena, y axioma. Da una significación al goce, a causa del cual se presenta como inconfesable. El goce es silencioso y el fantasma es de alguna manera un obstáculo a la confesión del goce. 10

Joyce no puede no confesarlo, se transforma el en su propio operador de la perplejidad, su manía pasa por hacernos saber, por inyectarnos su lengua privada saltando directamente al trabajo de escritura y produciendo una obra que pasará a ser la pieza suelta de la literatura. La ironía Joyceana es dejarle esa pieza suelta a los universitarios de los próximos trescientos años.

Como señala Jacques-Alain Miller en su curso homónimo, la pieza suelta es ese "elemento que tiene determinaciones muy precisas, pero cuyo empleo queda por hallar". 11

Planteo que todo análisis conduce al momento Joyce, con la salvedad de que el que el sujeto analizante debe producir de manera necesaria el pasaje de la voz "presa" en la garganta al decir. Serán las vueltas dichas las que armen el vacío para la extracción del objeto.

En esta perspectiva me gusta siempre recordar que es el propio Lacan quien formula el problema de la pulsión desnuda, en términos de interrogación.

Digo, no lo afirma, se lo pregunta: en su Seminario 11, página 281, se lee: "¿Cómo puede un sujeto que ha atravesado el fantasma radical vivir la pulsión?" 12. Ya en 1964 podemos leer cómo piensa la solución al tema de la vida y el goce. No faltará mucho, su "Proposición de 1967…" 13, para que empiece a interrogarse por la noción de "arreglo".

Detengámonos un segundo en la página 281. Son varias las preguntas, pero hay una en particular que me interesa. Es la pregunta "¿Que deviene entonces quien ha experimentado esa relación opaca con el origen, con la pulsión?".

Lacan afirma que eso es el más allá del análisis y que "nunca ha sido abordado".

Entiendo que, eso no abordado, es uno de los eslabones perdidos que reformulará a partir de su segunda enseñanza.

Arreglos

Nunca deja de sorprenderme Maurice Blanchot. Citado en un libro que no pueden no leer de Enrique Pezzoni llamado "El texto y sus voces" dice:

Una obra no está acabada cuando lo está, pero si cuando el que trabaja en ella desde dentro puede así mismo terminarla desde fuera: cuando ya no está retenido interiormente por la obra; está retenido por una parte de sí mismo de la cual se siente libre, de la cual la obra ha contribuido a liberarlo. 14

En el párrafo que antecede, es un aleph, no se puede evitar escuchar una multiplicidad de resonancias referidas a la extimidad, al lugar del yo en la experiencia analítica, a la función sinthome, al testimonio y a la noción de arreglo. ¿Cómo se las arregla cada uno con el texto disperso de su propia neurosis? Narrarse a sí mismo es un juego de la memoria y, a la vez, una de las formas del olvido, de la traición de toda traducción, por la simple y urgente razón que el agente mismo de ese relato está implicado y resiste a su propia destitución. Toda operación de escritura implica, de manera necesaria, tanto el artificio de fijar el texto de la vida como la imposibilidad de olvidar que en esa misma operación se produce un resto. Nadie se traiciona sin un poco de desconfianza en la maniobra. Es el fuego de la transferencia el que da cierto marco de seguridad para introducirse, cada vez, en el espiral a-semántico que produce el arreglo. Siguiendo la lógica de Blanchot, lo que llama obra debe ser terminado desde afuera.

Producir un texto, para la urgencia un S2, para el final un arreglo en la forma de nombre del sinthome.

Urgencia, psicosis y Pase se unen en un fino hilo rojo que conduce a la pregunta de cómo arreglárselas con el S1 solo. Que anime a Silvia Salman o que inspire a Mauricio Tarrab que haga resonar la triple zzz para Irene Kuperwajs.

La solución Koretzky o como salirse del texto

Se lee en su testimonio llamado "Partir/llegadas" 15:

La transferencia analítica que hasta entonces había sido más bien positiva, conoció a partir de ese momento, una cara muy sombría. La presencia de la analista tomó una consistencia que no había tenido jamás. Estaba sumergida en la rabia. "La analista me impide terminar", me decía. No soportaba más sus intervenciones, no soportaba más que me hablara, todo era demasiado. Sentía que sus cortes relanzaban la cadena significante cuando yo no esperaba más revelaciones, era el desamor por la verdad. Quería silencio. Al borde del acting-out, de partir sin una palabra, logré decirme: "partir para no terminar". La frase "ella me impide terminar" no era más que mi mensaje invertido.

Solo en el encuentro con otro analista, al que llama el analista silencio, puede escuchar "Se trata de saber cómo va a hacer para partir sin partir".

Es la cita de Blanchot…

Otra vez, la puerta de salida la enfrenta tanto a un goce opaco enmarcado en la transferencia negativa sostenida en el desamor por la verdad, como al silencio atrapado y a la necesidad de forjar un nuevo arreglo con el goce.

¿Hay urgencia en la salida? Las salidas, en plural, no deben ser confundidas con el final. Si se trata de una precipitación, el riesgo cierto es el de creer que lo imprevisto es calculable. Urgencia y final son dos términos que pueden escribirse articulados por un tercero: satisfacción. A esta altura de los textos uno recurre al diccionario. La palabra "satisfacción" proviene del latín "satisfactio", que a su vez deriva de "satis" (suficiente) y "facere" (hacer). En esencia, significa "hacer lo suficiente" o "cumplir con lo necesario". Nótese que poco tiene que ver con la idea de placer a la que comúnmente la asociamos.

Este fue el forzamiento y al mismo tiempo su límite. Digámoslo así: si en la urgencia se produce un decir es porque la función analista sinthome ha operado. Si en el final se produce un decir es porque la función analista trauma ha operado. El primero escribe, zurce, enlaza. El segundo borra, deja suelto el punto, se calla.

Esto me enseñó la invitación: En el camino que va de la garganta al decir y del decir a un modo vivible del goce, a que cada uno encuentre una respuesta a la pregunta de Lacan, se juegan tanto la salida de la urgencia, como el pase y un saber hacer sobre el remiendo en el error de la grafía; o una cierta hechicería para hacer hablar al aprendiz de hombre, como una escritura posible a esa discontinuidad que llamamos trauma.

Gracias

  • Texto presentado en las XVI Jornadas Anuales de PAUSA "Entradas y salidas de la urgencia", en la Mesa Plenaria titulada: "El inconsciente y su relación con la urgencia", el día sábado 5 de julio de 2025.
  • Charly Rossi es AP de la EOL y de la AMP, miembro del Consejo Estatutario de la EOL, docente del ICdeBA y de la Maestría en Clínica psicoanálitica UNSAM, AE 2020-2023.
  • https://www.pausaurgencias.com.ar/docencia.html
  • Lacan, J., "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis", Escritos, t. 1, Siglo veintiuno editores, 1997, p. 231.
  • "Es también que de ese girón de discurso, a falta de haber podido proferirlo por la garganta, cada uno de nosotros está condenado, para trazar su línea fatal, a hacerse su alfabeto vivo". Lacan, J., "El psicoanálisis y su enseñanza", Escritos, t. 1, p. 419.
  • Laurent, E., El reverso de la biopolítica, Buenos Aires, Grama ediciones, 2016.
  • Kalfus, P., "Poner en forma la urgencia", disponible online en PausApalabra: https://www.pausaurgencias.com.ar/pausapalabra/pdf/ponerenformalaurgencia.pdf
  • Gillet, L., Stèle pour James Joyce, p. 153.
  • JOLAS, E., My friend James Joyce., In. GIVENS, Seon (Ed). James Moyce: two decades of criticism. Nova York: Vanguard Press, 1948, p. 9.
  • Kuperwajs, I., El pase, antes del pase...y después: finales de análisis, Buenos Aires, Grama ediciones, 2018.
  • Miller, J.-A., Piezas sueltas, Buenos Aires, Paidós, 2013, p. 15.
  • Lacan, J., El seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 2010.
  • Lacan, J., "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela", en Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012.
  • Pezzoni, E., El texto y sus voces, 175, Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2020
  • Koretzky, C., "Partir / llegadas", Testimonio publicado en la Revista lacaniana de psicoanálisis, 35, Buenos Aires, 2024.